El sueño del bebé durante el primer año de vida
Éste es uno de los temas que reciben más interés por parte de los padres primerizos. El sueño del bebé es fundamental durante su desarrollo, y sobretodo durante su primer año de vida.
Todos sabemos que los bebés duermen durante una gran parte del día pero…¿sabías que su cerebro permanece totalmente activo durante la mitad de ese tiempo?. Ésta es una curiosidad que no todo el mundo conoce y que puede ayudar a que entiendas cómo funciona el sueño de tu bebé. A veces puedes llegar a sorprenderte ante la cantidad de tiempo que llega a dormir, ya que en ocasiones alcanza las 16 horas.
Al dormir, el organismo del bebé realiza funciones esenciales para su óptimo desarrollo. El sueño del bebé interviene en la maduración de su cerebro. Esto significa que, al dormir, se refuerzan sus aptitudes intelectuales. Además, durante las horas de sueño, el organismo segrega más cantidad de una hormona conocida como “hormona de crecimiento” (HGH). En los bebés, los niveles de producción de esta hormona son normalmente muy elevados, y por lo tanto dormir también le ayuda a crecer.
El sueño del bebé se compone tan sólo de dos fases, a diferencia del sueño de los adultos que consta de 5 fases. Esas dos fases del sueño del bebé son la fase REM y la fase no REM. En la fase REM (Rapid Eye Movement), el cerebro permanece activo, con una actividad eléctrica similar a la del estado de vigilia. En cambio, durante la fase no REM, el bebé descansa tanto física como psíquicamente.
Además, los bebés pueden quedarse dormidos directamente en la fase del sueño REM. Por ello, no debes sorprenderte si, al dormir a tu bebé, éste inicia de inmediato los movimientos propios de esta fase del sueño. El rápido movimiento de los ojos, la respiración irregular y, en algunos casos, las muecas o gesticulaciones faciales, son movimientos reflejos que realiza el bebé sin darse cuenta.
Durante el primer año de vida, el sueño del bebé va evolucionando de manera natural hasta adaptarse a los patrones del sueño adulto. Por supuesto, no todos los bebés evolucionan al mismo ritmo ni tienen las mismas necesidades. Lo normal es que, poco a poco, el bebé aprenda a distinguir la noche del día y a identificar las horas de oscuridad como horas de dormir.