Cuando dormirle es un problema
Es hora de dormir. Consejos y teorías para dormir a los bebés sin problemas.
Cuando estás embarazada todos te repiten “duerme ahora porque luego no dormirás más…” y tú te preguntas si de verdad será tan difícil para un bebé dormir seis, siete horas seguidas durante toda la noche. Luego descubres que tenían razón.
Dormir una noche del tirón sin interrupciones se vuelve casi ya un sueño. Si tu bebé no duerme, tú tampoco duermes y la noche de verdad se vuelve una pesadilla. No son pocas las madres que se pasean por la casa como zombi pensando en como solucionar el problema.
El sueño del bebé está relacionado con miles de variables y no existe la receta correcta que se pueda adaptar a todos los bebés y a todas las situaciones. Lo mejor que puedes hacer es sacar de todo lo que has leído sobre el tema, los consejos que mejor se adaptan a ti, a tu forma de ser y que no te creen conflicto con tu manera de hacer las cosas. Se puede probar a meter en práctica las indicaciones de los libros, del pediatra o de una amiga pero recuerda que lo importante es no forzar nunca nuestra naturaleza.
Hay dos libros, uno opuesto al otro en el enfoque y en la metodología que hay que aplicar, que han hecho historia sobre el tema.
Te los resumimos en sus aspectos y características fundamentales, sin tomar ninguna posición a favor o en contra.
Método Estivill –“Duérmete niño”
Seguramente ya conozcas el libro “Duérmete niño” de Eduard Estivill. Es un pequeño manual con indicaciones prácticas y exactas sobre cómo “enseñar” al niño a dormirse.
Según el autor el sueño es un placer y el bebé ya desde los seis, siete meses debería ser capaz de dormirse solo y volverse a dormir sólo cuando se despierta por la noche. Hay sólo que enseñarle la manera correcta dándole las indicaciones apropiadas. Prohibido acunarlo o tenerles en los brazos. El niño tiene que entender que es el momento de dormir y que, también en caso de lloro desesperado, el papá o la mamá no le cogerán. Tiene que aprender a tranquilizarse sólo con los objectos que tiene a disposición, como chupete, osito, etc.
En el libro hay una tabla que hay que seguir durante los minutos que hay que dejar pasar en el caso que el niño llore, antes de volver a tranquilizarle.
Según los autores y según muchos padres, este método funciona y en cuatro, cinco días el niño habrá aprendido a dormir.
Estivill explicó después que su método es aplicable a los niños de más de 3 años que durante su vida han aprendido costumbres equivocadas y que no son válidas para los bebés.
Método Sears – “Tu hijo dormirá… y tú también”
La filosofía de este libro es exactamente el opuesto de la de Estivill. En este caso se quiere crear una armonía entre padres y recién nacido, intentando reaccionar de forma intuitiva y positiva a las necesidades del bebé.
Los padres se adecuan a las exigencias del bebé sin “forzarle” a sus ritmos. Se respeta el niño y sus necesidades de manera que se cree un clima de confianza y armonía.
Según Sears no hay que dejar llorar al bebé nunca porque no es a través del miedo como el bebé aprende a dormir. El bebé exprime con el lloro sus exigencias y si una necesidad es dormir en la cama con los padres, hay que satisfacer esa necesidad.
Si satisfaces las necesidades de tu hijo, él dormirá mejor y hará que durmáis mejor también vosotros. ¿Por qué debería ser tan negativo hacer dormir con nosotros a nuestro bebé si esto le hace estar más seguro y más sereno?
Además de estos dos métodos que cada uno puede probar de la forma que más considere oportuna, hay unas pequeñas acciones que valen para todos los niños y que pueden ayudarle a dormirse:
- Asegurate que la temperatura de la habitación donde duerme sea alrededor de los 20º.
- Mete en su camita algo de ropa tuya para que pueda olerte.
- Deja de darle estímulos por lo menos una hora antes de meterle a dormir.
- No lo tapes demasiado.
- Intenta crear un ritual: que se despida de los hermanitos, de sus ositos, cántale una canción…