Controlar la temperatura del biberón
Muchas madres se plantean cómo controlar la temperatura del biberón que dan a sus bebés. ¿Estará demasiado caliente? ¿O se habrá quedado un poco fría?. Normalmente solemos ver un gesto muy común que consiste en dejar caer unas gotitas de leche sobre la cara interna de la muñeca, ya de esa forma se puede tener una referencia bastante buena de si la leche está a la temperatura ideal para dar la toma al pequeño de la casa. Tal y como te decimos, ésta es la forma más habitual de comprobar la temperatura y, sin duda, la más efectiva.
La leche materna tiene una temperatura constante de unos 32 grados, y siempre que demos biberón, habrá que evitar que éste exceda los 35 ó 36 grados. Si estuviera más caliente, lo más probable es que el bebé lo rechazara.
Una de las formas más sencillas para llegar a la temperatura correcta de la leche en el interior del biberón, consiste en colocarlo bajo el chorro de agua templada. De esa forma evitaremos riesgos de quemaduras, y no hará falta adquirir un calienta-biberones que, aunque sean dispositivos efectivos en un momento dado, no deja de ocupar espacio en casa teniendo una función perfectamente reemplazable, además de incurrir en un gasto que para muchos puede ser innecesario.
Una de las observaciones a tener en cuenta es la de tomar precauciones si decidimos calentar el biberón en el microondas. En estos casos, conviene saber que el líquido del interior se calienta antes que el recipiente, y podría llevar a confusión en cuanto a la temperatura de la leche. Al tocar el biberón, podríamos percibir de forma falsa que aún sigue frío, aunque en realidad la leche tenga ya la temperatura ideal. Tal y como te hemos contado, lo ideal es comprobarlo con la muñeca. Si nos hemos pasado y la leche está demasiado caliente, podemos enfriarla rápidamente colocándola bajo de un chorro de agua fría durante unos segundos.
De todas formas, hay que comentar que aunque estas son las pautas generales, la temperatura del biberón es muy personal y cada bebé tiene sus preferencias. Algunos prefieren tomarlo a temperatura ambiente o apenas tibio, y a otros les gusta más caliente. Además, nos podemos encontrar con bebés que prefieren que la tetina también esté caliente, y ésto podemos conseguirlo también colocando la tetina bajo el chorro de agua tibia durante unos segundos.